Mi pareja es crossdresser

Tenemos el testimonio de la mujer de una chica crossdresser.

Su actitud ante ello, cómo lo vive, lo disfruta y lo que más me gusta ¡todo lo maravilloso que puede llegar a ser! 

¡A cualquier mujer le entrarían ganas de tener una pareja así nada más leer este fascinante relato!

Amar de tal manera que la persona que amas se sienta libre...

La vida puede ser preciosa, depende de con quién y cómo deseamos vivirla.


“A todos se nos llena la boca a la hora de hablar de libertad, dignidad, diversidad. Todo eso está fenomenal cuando pensamos a lo grande, pero ¿qué pasa cuando está en lo que nos rodea? Pues que muchas veces nos vemos superados por la realidad, que no deja de ser otra que los otros”.


Pienso mucho en una obra de Sartre que vi hace años en el teatro: “Puerta cerrada”, en la que se dice que “el infierno son los otros”. Estoy de acuerdo a medias, el peor infierno también puede ser uno mismo.

¿Por qué toda esta reflexión? Porque últimamente me han pasado varias cosas que me han hecho pensar mucho, y he aquí la novedad.


Me he enamorado de una crossdresser, un hombre que disfruta explorando (y explotando también) su lado femenino.

A raíz de esto, he conocido a otras personas como ella (o él), que viven esta situación personal de manera desigual, con mayor o menor aprobación, propia y de su entorno cercano. 


Y eso es, precisamente, lo que me ha llevado a escribir mi vivencia.


A mi tierna edad de 40 años he pasado por varias relaciones, por lo que creo que cuento con una muestra, que si bien puede no ser representativa, sí es una cifra cuanto menos significativa. He de decir, que con nadie había tenido nunca un vínculo tan cómplice y que me llenara tanto como el que tengo con ella.


Lo primero es que me encantan él y ella, en general y en particular, con sus abstracciones, sus singularidades, sus convergencias y sus divergencias. Sin este punto de partida, lo demás no tiene sentido.


Pero, además, es que es una relación llena de ventajas:


1.    Diversión y placer…¡ser mujer mola!

Esto tiene muchas derivadas, pero de fondo, las personas que he conocido que se transforman tienen un espíritu profundamente hedonista. Su lado femenino es su lado salvaje. Son divertidas, atrevidas, descaradas.


El estado de profunda excitación comienza desde el mismo proceso de transformación, aunque lo realmente adrenalínico viene cuando son capaces de salir a la calle vestidas.

No hay nada mejor que acompañarlas en ese viaje, lleno de emoción, ¡pero es que además se lo montan de lujo!


Envidio su felicidad cuando se ven de mujer, no sé si alguna mujer se ha llegado a querer como ellas se quieren cuando se sienten mujer. Definitivamente, de mujer quiero ser mujer, pero una mujer como ellas.


2.     Libertad, rebelión, transgresión… Me rebelo, contengo realidades.

¿Con qué principio moral atenta el vestirse como el otro género? Me rebelo contra las convenciones que marcan las fronteras entre géneros y luego pretenden defender la igualdad. ¡No hay nada, nada, que ayude más a entendernos que el que se pongan en nuestros propios tacones!


Siento que son más libres que nosotras, que han tenido que luchar contra muchos elementos y han salido ganando. La pena es que a veces se encuentren con el infierno de los otros.


3.    Complicidad, compartir…¡es vivir!

A partir de lo anterior, es fácil deducir que hay una complicidad diferente, intensa, de comprensión mutua.


¿Sabes lo que te puede llegar a entender alguien que ha sufrido volviendo a casa después de una noche con las mismas ampollas en los pies?

Nadie te meterá prisa para salir cuando te estás arreglando, ¡porque ellas tardan tres veces más!

Nada le hará más feliz que ir contigo de compras (¡para desgracia de las que odiamos hacerlo!).


Tiene mejores productos de maquillaje que yo (se los robo a escondidas). 

Su lencería fina deja la mía a la altura de un conjunto del Sepu (se la robaría a escondidas, si la jodía usara una talla que no me hiciera parecer abrazada por una boa constrictor)

En una sola persona, puede converger amor, sexo, amistad (¡y parecía una falacia!)


4.     ¡He aprendido a valorar más mi feminidad!

Son curiosas, estudiosas del mundo femenino, un mundo que adoran e idolatran. Nunca había sentido tanta admiración hacia la mujer, como el que me han mostrado las cds.


Pero sobre todo, y lo más importante, es que es la persona que amas, para la que tu aceptación es fundamental, que sin ella, es una persona a medias. Atrévete a verla como mujer, mira su sonrisa, su felicidad, ¿no te gustaría formar parte de ello?


“Por mi parte, compartimos otras muchas cosas, pero me las reservo para hacer negocio con mis memorias cuando recupere la memoria”.


Anónima


Comentarios

  1. Muchas gracias por tu testimonio. Además se resultar un análisis muy sensible, inteligente y acertado es muy positivo. Un Abrazo.

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