Sparkle 2016

Me desperté temprano, a las 6 de la mañana, como suelo hacerlo cuando tengo algo importante. Pasé la mañana preparando las maletas y, al mediodía, algunas chicas llegaron a mi casa para viajar juntas al aeropuerto de Madrid. Nuestro destino era Liverpool, y la emoción era palpable. Íbamos a participar en la Sparkle 2016, un evento transgénero de gran renombre. Éramos ocho chicas: Amanda, Yenis, Alicia, Bea, Bárbara, Natasha, Barbie y yo.

En el aeropuerto T1, todo iba bien hasta que Barbie perdió su billete, aunque finalmente lo encontró. Luego, Yeni se dio cuenta de que había extraviado su DNI. Después de muchas carreras y nervios, consiguió un pasaporte de emergencia en la T4 y, aunque nos retrasamos, logramos pasar por el control. Un pequeño incidente con las prótesis de Barbie fue la única complicación en el control de seguridad.

Aterrizamos en Liverpool sin contratiempos y, después de un trayecto en minibús, llegamos a Manchester. En el camino, ocurrió un episodio surrealista con un joven borracho que intentó entrar en nuestro vehículo, pero afortunadamente no pasó a mayores. Una vez en Manchester, decidí alojarme en un apartamento separado del grupo, ya que necesito mi espacio para dormir bien.

Esa primera noche fue un poco accidentada. Al llegar a mi apartamento, tuvimos problemas para abrir la puerta y, tras muchos intentos fallidos, terminamos volviendo al apartamento de las chicas para dormir en el sofá. A pesar del cansancio y la frustración, me sentí muy acompañada por el grupo, que me acogió con cariño. Dormí apenas tres horas, pero al día siguiente nos esperaba la gran aventura.

El viernes fue un día lleno de actividades. Nos levantamos temprano para preparar a las chicas. ¡Qué reto! Ocho chicas alistándose para la Sparkle. El evento se celebraba en Canal Street, una zona repleta de bares y con un ambiente festivo. Nos vestimos iguales y causamos sensación; la gente nos miraba, y algunas incluso preguntaron si éramos parte de una banda de música.

La diversidad en Sparkle era notable. Había muchas crossdressers mayores, parejas mixtas y personas que nos sorprendieron por la falta de maquillaje. A pesar de las diferencias, el ambiente era increíblemente inclusivo. Por la noche, tras cambiarnos para la cena, fuimos a Chinatown, el único lugar donde aún servían comida a las 22:30. Luego, regresamos a Canal Street para disfrutar de la noche. Conocimos a gente maravillosa y nos lo pasamos en grande, aunque la barrera del idioma a veces complicaba las conversaciones.

El sábado fue intenso. Después de dormir poco, volvimos a prepararnos para el segundo día de Sparkle.

Llegamos justo para las últimas canciones del concierto y, aunque llovía, bailamos como si no hubiera mañana. Ese momento, bajo la lluvia, fue inolvidable. El evento terminó temprano, pero nosotras seguimos la fiesta. Después de retocarnos, nos dirigimos a cenar, y otra vez a Chinatown, porque era el único lugar abierto. Cerramos la noche con baile y diversión, agotadas pero felices.

El domingo llegó la hora de regresar. Nos dirigimos al aeropuerto con nuestras maletas llenas de recuerdos. Pasar por el control fue un espectáculo, ya que a todas nos revisaron las maletas llenas de maquillaje y prótesis. Barbie fue la más divertida, con su maleta repleta de preservativos y lubricantes regalados en Sparkle. Los policías no podían contener la risa.

A pesar de un retraso de cuatro horas en el vuelo, lo pasamos bien en el aeropuerto, viendo fútbol y conociendo a un chico que se unió a nosotras. Fue un viaje inolvidable. A las 4 de la mañana del lunes, finalmente llegué a mi cama, agotada pero feliz.

"Este fue solo el primero de muchos viajes que haremos juntas. Lo importante no es el destino, sino estar acompañada de estas chicas maravillosas que hacen que mi vida sea más colorida y divertida."

Dafni Cocó



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