Mi lugar. Por Pepa Pueyo.
A mediados de los años 70, mi fascinación por ciertos fetiches (calzado, medias, etc.) y por las cuerdas (bondage) era bastante evidente. Sabía que mis pensamientos y deseos pertenecían a un mundo diferente al de muchas personas. Quizás no tan diferente, pero en esa época estos temas eran un gran tabú. No conocía siquiera el vocabulario para describir lo que sentía, pero con el tiempo fui evolucionando y aprendiendo.
Era habitual que, cuando no había nadie en casa, me pusiera las medias, los tacones o las cuñas de mi madre. Aquella experiencia me producía una excitación mental sin precedentes. Al principio, pensaba que esto era una especie de "enfermedad" y que solo me pasaba a mí. Pero, con el tiempo, me di cuenta de que no estaba sola.
A principios de los años 80, surgieron movimientos musicales y de moda como el New Wave, los New
Romantics, y entre otros, el movimiento Drag Queen. Yo, siendo una apasionada de la música, me fijé en artistas como Adam Ant, Boy George, y especialmente en el cantante Divine, quien fue la primera drag queen de esa época.Me cautivaron sus maquillajes extremos, sus ropas femeninas y extravagantes, y sus enormes plataformas. Me encantó todo aquello y me uní a este movimiento sensual y lleno de aires femeninos. Empecé a salir en una discoteca muy famosa de Mollet del Vallès llamada "Teatre", donde conocí a las primeras drag queens, travestis y transexuales de aquel entonces. En Barcelona, existían dos salas muy importantes que frecuentábamos: "Sala Metro 666" y "Estudio 54". Sin embargo, con el paso de los años, los 80 se fueron desvaneciendo y esos locales terminaron cerrando.
Con la llegada de los oscuros y heteronormativos años 90, la movida y el ambiente se diluyeron. Para mí, fue como volver al armario. Mis salidas dejaron de ser colectivas y pasaron a ser solitarias. Poco a poco, fui perdiendo a mi querida familia: mi padre en febrero de 1985, mi madre en octubre de 1997, y luego mi hermano se casó y se fue a vivir por su cuenta. Me quedé completamente sola en casa.
Cuando terminaron los años 90, comenzó un nuevo siglo lleno de cambios. Con la llegada de los 2000, la movida y el buen ambiente empezaron a despertar poco a poco. La sala "Razzmatazz" de Barcelona me acompañaba todos los domingos por la tarde, y durante un tiempo disfruté de sus sesiones de ambiente drag, trans y crossdresser.
Gracias a las redes sociales e internet, descubrí nuevos mundos y amistades que me ayudaron a salir del armario con más libertad. Fue entonces cuando conocí Enfemme, una asociación sin ánimo de lucro donde podía vestirme libremente y expresar mi feminidad tanto en la intimidad como en grupo.
Cuando visité por primera vez Enfemme, quedé encantada con todo su personal. Además, en abril de 2013, conocí a una persona maravillosa que cambió mi vida: Dafni Cocó, maquilladora y estilista.
Actualmente, Dafni ha creado un nuevo concepto de diversión y moda llamado "Pass The Wig", un evento con temática crossdresser en el que tuve el honor de participar como DJ en casi todas sus ediciones. Se realizaron siete eventos en diferentes salas de Barcelona, y por motivos estratégicos, ahora se organizan en Madrid. Tuve la suerte de estar presente en la segunda edición, que fue un gran éxito de participación, con chicas CDs de muchas localidades del país.
Hoy en día, sigo descubriendo nuevas salas y disfrutando de mi feminidad con más libertad. Entre mis favoritas están las salas del grupo "Arena" y "Charlie Privée - Club Liberal".
Como podéis ver, esta última etapa ha sido la que más cambios me ha traído, y está siendo una de las mejores de mi vida. ¡Ahora sí, lo he conseguido!
Con mucha diversión,
Pepa Pueyo
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