Al fin soy una Dafni Girl: Aurora
Me llamo Aurora, y aunque ahora me veo como una mujer segura y llena de vida, hace un tiempo mi reflejo en el espejo no reflejaba la verdad de mi ser. Lo que estaba en mi interior, la persona que siempre supe que era, aún estaba cubierta por las capas de lo que se esperaba de mí. Al principio, ni siquiera podía llamarlo un secreto, solo algo que sabía que existía, pero no me atrevía a liberar.
Cada vez que me acercaba a ese reflejo, me llenaba de una tristeza dulce, casi como si un trozo de mí estuviera despertando después de un largo sueño. Era un despertar lleno de miedo, sí, pero también de deseo. Lo escondía todo en mi armario, en lo más profundo, donde nadie podía ver, como si todo lo que me hacía sentir completa fuera algo para avergonzarse. Pero en esas noches solitarias, cuando me ponía el vestido que había guardado en secreto, me sentía tan cerca de mi verdadero yo que no podía dejar de sonreír, aunque sabía que nunca podría compartir esa sonrisa con el mundo. Al menos no todavía.
A veces me preguntaba por qué no podía ser tan valiente como las historias de aquellas personas que, sin dudarlo, mostraban su verdadero yo ante los demás. Me preguntaba si algún día podría hacer lo mismo, si algún día tendría la fuerza suficiente para dejar que mi feminidad se viera, sin miedo a que alguien la juzgara o la rechazara. Pero el camino no fue fácil. Hubo muchas veces en que me vi al espejo y me sentí avergonzada, sintiendo que quizás la persona que deseaba ser no era suficiente, que las expectativas del mundo eran demasiado grandes. Sin embargo, esos momentos oscuros pasaban rápidamente, porque la luz que sentía en mi interior no podía apagarse tan fácilmente.
Con el tiempo, entendí que no era necesario forzarme a revelar todo al mundo de inmediato. La feminidad que estaba descubriendo no necesitaba ser compartida para ser válida. Era mi viaje, mi proceso, y aunque me ocultaba bajo capas de ropa masculina durante el día, por la noche me entregaba a esa versión de mí misma que había estado esperando ser vista. Así que me puse en contacto con Dafni Girls y empezó la verdadera magia. No puedo explicar la sensación de cuando me vi en el espejo por primera vez, casi lloro al no conocer a esa persona que tenía delante y que era yo misma.
Cada día me siento un poco más libre, aunque aún en secreto, porque sé que llegaré al punto donde ya no habrá miedo ni vergüenza. Y mientras tanto, me permito sentirme hermosa, sentirme auténtica, aunque solo por unas horas al día. Mi feminidad, aunque aún oculta, ya es mía. Y aunque aún me queda un largo camino por recorrer, sé que este es el comienzo de un viaje que solo yo puedo decidir cuándo revelar al mundo.
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