LA VIDA DE ZENIA
Quiero compartir con vosotras el relato de Zenia. Una historia personal y llena de
emociones que merece la pena leer. Un relato conmovedor que te hace sumergirte y aprender el valor de ser uno mismo, el valor de ser feliz aunque el camino no nos lo ponga fácil.
Hola chicas!! Me llamo Zenia, en la foto estoy con mi novia Patricia, con la que llevo conviviendo más de 15 años. Pero no siempre fue así, esta foto se hizo en Agosto del 2013, justo el mes que decidí "colgar los pantalones".
Hasta entonces aparentemente era un chico "normal”, que tenía a su novia, un buen trabajo, coche, amigos…
pero siempre infeliz, con la sensación de que jamás conocería la felicidad. Cuando tenía 5 o 6 años a mi madre le dieron unas cajas llenas de ropa destinada a mi hermana. Mi hermana tenía unos dieciocho meses y la ropa era de una niña de unos 5 o 6 años, entonces mi madre decidió probármela a mí, me encantó la idea. Me vistió con varios modelos a modo de maniquí, luego me puso unas pinzas el pelo y estuve todo el día pasándomelo en grande. Al llegar la noche mi madre me pidió que me desvistiera, mi padre estaba al llegar y no debía verme así, ¡yo no quería!, ella insistió y me prohibió mencionárselo, mi padre no debía enterarse de que yo me había vestido de niña porque eso estaba mal y se enfadaría mucho. Desde entonces entendí que si quería ser feliz tenía que esconderme.
pero siempre infeliz, con la sensación de que jamás conocería la felicidad. Cuando tenía 5 o 6 años a mi madre le dieron unas cajas llenas de ropa destinada a mi hermana. Mi hermana tenía unos dieciocho meses y la ropa era de una niña de unos 5 o 6 años, entonces mi madre decidió probármela a mí, me encantó la idea. Me vistió con varios modelos a modo de maniquí, luego me puso unas pinzas el pelo y estuve todo el día pasándomelo en grande. Al llegar la noche mi madre me pidió que me desvistiera, mi padre estaba al llegar y no debía verme así, ¡yo no quería!, ella insistió y me prohibió mencionárselo, mi padre no debía enterarse de que yo me había vestido de niña porque eso estaba mal y se enfadaría mucho. Desde entonces entendí que si quería ser feliz tenía que esconderme.
Cuando me llegó la pubertad descubrí que me gustaban las chicas y eso entraba en conflicto con el sentimiento de ser una chica de mayor. Con esa edad pensaba que solo los chicos se casaban con las chicas y que luego tenían una familia, como yo quería y decidí ser chico y tomar como un "problema" a mi lado femenino. Decidí centrarme en conseguir esas metas, creí que me iba a costar más que a los otros niños porque a los dos años de edad me diagnosticaron viruela y me atacó bastante a la cara, los niños son crueles lo preguntan todo y de los diferentes se burlan. Pero Zenia iba saliendo de vez en cuando, con sus inquietudes y necesidades, pero siempre con una despedida llena de culpabilidad por existir. A los 21 años y varias novias por el camino, conocí a Patricia una chica maravillosa de la que me enamoró su energía y su sonrisa. Los dos primeros años pensé que me había "curado" porque estaba muy enamorada, debía comportarme como un hombre e ir a por el segundo asalto, los hijos. Pero Zenia seguía empujando por salir, pedía su sitio entre las dos y la introduje en nuestras vidas a través del ámbito sexual, le dije a Patry que era un "problema" que me acompañaba desde niña y que podíamos ir poco a poco dejándola salir. Pero la peor enemiga que a tenido Zenia siempre he sido yo misma. Contra más iba creciendo Zenia mas grande veía yo el "problema”, eso no podía ser y tenía que acabar. En el 2005 entré en una fase de masculinización, me dejé perilla y me tatué, lo hice con la intención de asegurarme que cuando me pusiera un vestido viera que no era para mí, que yo era todo un hombre tatuado, con perilla y con un cuerpo digno de un "pre-culturista" y debía quedarme con eso y seguir tirando. Estuve largas temporadas sin vestirme, pero era muy infeliz, me volví cada vez más arisca y malhumorada con los más allegados y solo me relajaba cuando me rendía y dejaba salir a Zenia, con el consecuente sufrimiento por tener que despedirla a veces durante meses. En el 2010 mi cabeza no podía seguir más con este conflicto interior, empecé a tener pensamientos suicidas, me escuchaba decirme una y otra vez "mátate, acaba con todo"…era yo quien me hablaba, no eran voces que yo escuchaba en mi cabeza, si no yo y solo yo podía solucionar esto. Me puse en manos de una psiquiatra y una psicóloga de la seguridad social, una de ellas me recetó ansioliticos, antidepresivos y somníferos y con la otra empecé una terapia, pero estaban muy perdidas, no sabían como ayudarme, la terapia debía empezar desde abajo y sería larga en el tiempo. Dos años después solo había conseguido aceptarme un poco más y eso hizo que lo disfrutáramos con menos carga de culpabilidad, pero siempre con intermitencias debidas al día a día, en la que los compromisos de vida marcaban las entradas y salidas de Zenia. A finales del 2011 me quedé sin trabajo, me concedieron una pensión por una lesión en la espalda y entré en una etapa de reflexión ¿que iba ha hacer ahora con mi vida? Me había tirado los diez últimos 10 años trabajando en el gremio de la construcción, un gremio bastante varonil y con mi carcasa no me había ido mal, pero yo ya no quería seguir con esa farsa que yo misma había montado durante toda una vida. Decidí irme un mes a un apartamento en la costa, donde me quitaría las dudas de si de verdad era lo que yo quería ser, una mujer trans, o solo era una sensación de puertas para adentro. Durante ese mes fui Zenia y ahora si tenía claro que podría ser Zenia, pero no en Barcelona donde tenía esas barreras que nosotros mismos nos ponemos. No obstante quería un nivel más y a la vuelta a Barcelona pedí a Patricia dar a conocer a Zenia a la familia y amigos, a nuestra casa venían todos los fines de semana familiares y amigos a cenar y a pasar el día y cada vez que venían tenía que esconder a Zenia y eso me hundía porque el cambio emocional que sentía me mataba por dentro y quería que eso se acabase, pero Patricia me dijo que no, que de puertas para adentro a ella no le importaba pero cara afuera no le parecía bien y la entiendo, yo no sabia que me pasaba, estaba llena de miedos e inseguridades y supongo que ella necesitaría comprenderme para poder defenderme ante la sociedad y ni yo misma tenía esas respuestas. Pero entonces supe que Patricia sería un tapón en caso de que yo quisiera dar un paso más, Zenia había llegado a su tope con Patricia. En Enero del 2012 conocí por un anuncio que leí por internet a Dafni Cocoma, una chica cis que impartía cursos de automaquillaje en su casa y quedé con ella. Cuando llegué a su casa estaba hecha un flan, ella me invito a un café y enseguida entablamos conversación, Dafni tiene un don especial con nosotras, nos sabe escuchar y comprendernos, ya que nos ha escuchado mucho y coincidimos en muchas cosas, nos hace sentir bien, guapas y seguras, es un amor. Ella me dio a conocer a Enfemme, donde conocí un montón de casos similares al mío y donde conocí a la psicóloga Soraya Vega Sandin, una de las personas que más me han marcado en mi vida, a la que jamás podré agradecer lo que me ha ayudado en esta lucha interna que arrastraba desde que era niña y que sin ella muy seguramente sería una persona perdida en su infelicidad. Con ella comencé una terapia intensiva, dinámica y llena de sinceridad, que me llevó a remover el pasado, aceptar mi presente y decidir sobre mi futuro, gané en autoestima e hizo que yo decidiera lo que yo quería ser y no lo que debía ser o hacer por y para los demás. Una vez tomé la decisión de ser una mujer trans tenía que sopesar todo lo que iba a perder, lo principal a Patricia, acompañado del coche, piso y barrio. Tendría que irme a una habitación y con mi pensión viviría durante la transición, pensando en mi vida futura. Ahora sólo quedaba hablar con Patricia, durante toda la terapia siempre tuve que plantearme que la posibilidad de subir un nivel haría que Patricia no me siguiera y acabaríamos nuestro camino, por eso cuando llegó el día lo enfoqué pensando que iba a perder a la mujer de mi vida. Empecé pidiendo perdón por romper unilateralmente el contrato que firmemos cuando nos conocimos, tú mujer y yo hombre, pero que ya no podía más y el hombre que ella conoció se estaba muriendo y había nacido Zenia. Las dos nos fundimos a llorar y Patricia tiró la primera barrera diciéndome que me acompañaba en este nuevo camino, dándome un nuevo enfoque en mis planes futuros, cargándome de fuerzas renovadas para pelear contra la sociedad y contra quien sea. El 28 de Noviembre empecé con la hormonación, gracias a una doctora que se cruzó en mi vida, Rosa Almirall, creó TRANSIT y está ayudando a muchas personas como yo, que necesitamos apoyo y acompañamiento en esta transición tan bonita pero dura en ocasiones. Nueve meses después "colgué los pantalones" y hoy en día todo me va muy bien, todo me parece de color de rosa, somos muy felices y tengo muchas ganas de vivir. Espero que mi experiencia haya valido a alguien y que le de esperanza a todas aquellas personas que piensan que nos ha tocado una carcasa y tenemos que quedarnos con ella y aceptarla aunque nos amargue y yo creo que no, si somos felices los demás nos disfrutaran más y para que yo pudiera ser feliz tenía que cambiar de carcasa y así lo hice.
Muy bravo lo tuyo Zenia ! Detras de cada ser humano hay una historia, muchas veces desde allí podemos darnos cuenta que hay una búsqueda de la felicidad a la cual no todo el mundo se atreve. Entonces hay historias ligh Tu paso ha sido muy grande y valiente, la sociedad aún no termina de comprender ni aceptar que cada persona puede y debe ser feliz a su manera.
ResponderEliminarGracias Griselda,tu sabes bien cual es en camino de la felicidad,solo hay que verte,yendo paso a paso en este camino que empezamos siendo conscientes de que no iba a ser facil,pero que era el camino que al final nos hara felices y capaces de ser evolucionar como personas.
EliminarGracias Zenia, Gracias por tener el Valor de ser Feliz! De luchar por ti, de ser valiente y fuerte en el proceso. Admiro a toda aquella persona que lucha por vivir dignamente sin arrasar con nadie por el camino. Fuiste sincera con el mundo cuando te viste capacitada.. todo fue un proceso de mucho dolor y confusion! Ahora todo termino y puedes alzar la voz para ser un ejemplo a seguir para muchas personas. No es mi caso. Sientete orgullosa, porque yo aun sin conocerte me siento orgullosa de respirar el mismo oxigeno que repira gente luchadora como tu! Jamas dejaste de mirar hacia delante! Y por eso gracias! Gracias por explicar tu vida, tu experiencia y gracias por ser quien eres.
ResponderEliminarHola Mireya! Gracias por tu comentario, como siempre he dicho,valientes sios las personas como tú, las personas que se exponen a ser incomprendidas solo por estar a nuestro lado y a ser juzgadas por la sociedad sin tener esa necesidad. Lo nuestro es necesidad, no valentía, por eso mi admiración a esas personas que están a nuestro lado.
ResponderEliminarTambién quiero decirte que pocas personas puede ser tan empaticas como para ver el sufrimiento que hay detrás de la transexualidad, esas personas tienen en común un gran corazón, solo así se nos puede entender.
Tengo que decirte que valió la pena tanto sufrimiento, eso hizo que al final moviera ficha y con ello conseguí la felicidad!!
Espero que mi historia de vida sirva a otra persona como yo que en su momento tuve que decidir si quería ver morir a Alex o nacer a Zenia.... Por varios motivos elegí dejar nacer a Zenia y eso es lo mejor que he decido en mi vida!!!
Un abrazo Mireya!!
Y de nuevo Gracias por tu comentario!!
Zenia.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi gustaria ser nena ,vestido rosa,,y balerinas rojas
ResponderEliminarAnimo Manuel! Si lo deseas de verdad lo conseguirás, pero solo si lo deseas de verdad...
ResponderEliminarcreo k conocerte a sido una inyecion de valor constancia y endereza....me miro el sombrero kerida zenia...aki me tienes lo sabes
ResponderEliminarcreo k conocerte zenia a sido la mayor inyecion de fuerza contancia y endereza..me kito el sombrero...aki me tienes kerida zenia...dios t bendiga
ResponderEliminarcreo que has tocado un punto fundamental para mi forma de ver no la transición a ser mujer es es muy importante.
ResponderEliminarpero lo que mas llama mi interés es que la gran mayoría de los seres nos olvidamos de ser felices o de buscar sobre todas las cosas nuestra felicidad.
creo es por cobardía el tratar siempre de complacer los intereses nuestros familiares y Amigos.
seguir las leyes y reglamentos impuestos por la sociedad.
yo soy un ejemplo tengo 53 años soy travestí de closet y estoy casada aun.
por que tengo miedo de salir del closet y enfrentar mi condición femenina.
te felicito eres una chica muy valiente
Hola Alejandra!
ResponderEliminarTienes que pensar que yo, al igual que muchas, hemos hecho la transición tan tardía por el hecho de que la sociedad nos había dicho que teníamos que ser lo que nos había tocado ser.....Y comportarnos como tal si queríamos tener una novia cisgénero.
Pero después de 15 años de relación con Patricia pude hacer un repaso a mi vida desde un punto más alejado y vi que ya había hecho lo que me había pedido la sociedad para ser feliz, novia cis.,amigos que había mantenido desde la infancia, trabajo estable, respetada y reconocida como hombre.....Pero yo seguía siendo infeliz....Y aun con la pensión que me concedieron con la que podría vivir ya sin trabajar,pero yo solo pensaba solo en morirme.....
Y después de reflexionar que tenia que escucharme y hacer lo que me pedía mi corazón me puse en las manos firmes de Soraya Vega Sandin, psicoterapeuta y coaching, y ahora amiga, para que me ayudara a escucharme, y buscó las preguntas idóneas para que yo misma me escuchara mis respuestas.....
Luego, una vez ubicada en mi nuevo yo, empecé a preparar la llegada de Zenia a la vida social y familiar que tenia, y por suerte solo perdí a mis cuñados y sobrinos...... Son transfobicos..... Pero cuantos amigos hemos perdido por llegar tarde, por no llamar, por un enfado tonto.... Etc... Pues yo a estos los perdí por transfobicos... Pues fuera!!!!
Ahora soy superfeliz, con más vida social y disfrutando de las muestras constantes de amor y respeto por parte de la sociedad y familiares.
Cuando tome la decisión de ser Zenia pensé de verdad que me iba a quedar sola y repudiada por la sociedad, y aun así decidí seguir adelante..... Y la verdad es que valió la pena ;-)
Yo solo puedo decirte que yo llegue a ese límite que nos hace movernos por el dolor que sufrimos, cuando te llegue ese momento dejaras de sufrir para empezar a aceptarte cómo eres y llegar hasta donde tu ser deje de sufrir.
Un abrazo Alejandra!
W o W
ResponderEliminarMe hubiera gustado hacer la transición a los 8 o 9 años. Pero con más de 20, se me hizo tarde...
Aunque lo mío es más complejo. A veces quiero ser mujer y a veces quiero ser hombre...xD
Ya he sido chica en público muchas veces. Y fue muy genial. Felicidades por dar el primer paso...xD
Saludos desde Oaxaca, México...xD
Hola Joshua!
ResponderEliminarYo mi transición la empecé con treinta y seis años.... Y si que me valió la pena, la edad no me imposibilita desarrollar mi género. Era el miedo al que dirán y por suerte eso ya lo superé.
Disfruta de tu género y si no cámbialo.... ;-)
Lo mismo me pasa a mi. El miedo a una sociedad anclada en una forma de pensar que no acepta a las personas como nosotras, simplemente como eso, como personas. No sé si algún día lo haré, convertirme totalmente en la mujer que quiero ser (crosdresser) y salir a la calle como tal. Intuyo que el impacto en mi vida será brutal.
EliminarYo de niño sufria quisiera ser niña a toda costa ,guardaba monedas p comprar zapatos de niña usados mejor y caminaba mir ando mis z a p a titos ii
ResponderEliminarYo quize ser nina!!
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